Quien viaja a Cuba se suele quedar con las ganas de repetir y son muchos los que finalmente lo hacen.

La lengua común, el carácter abierto de sus habitantes, una cultura propia y diferente a todas las demás y un patrimonio colonial importante, hacen de este lugar un tesoro. A todo ello hay que sumar su exuberante naturaleza, las cristalinas playas caribeñas, una vida nocturna como la nuestra y unos precios más asequible.

Estas son tan solo algunas de las bondades de Cuba. Si estás preparando tu primer viaje a la isla, te dejamos con una selección de diez experiencias que puedes hacer en tus vacaciones y que no deberías perderte en tu visita.

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1. Callejear por La Habana.

La capital de Cuba bien merece que le dediques un par de días. La plaza de la Catedral, las calles empedradas que la rodean, el mítico malecón y una larga lista de edificios coloniales que puedes ver en La Habana te mantendrán ocupado.

No olvides cruzar el canal hacia el otro lado de la Bahía para visitar las fortalezas coloniales de San Carlos de la Cabaña y de los Tres Reyes del Morro. Deberás regatear un taxi o compartir un destartalado bus con los cubanos pues se accede por un túnel bajo el nivel del agua. En San Carlos todos los días a las 21 h se recrea la ceremonia del cañonazo con el que se avisaba del cierre de la Bahía a los barcos. La llevan a cabo varios soldados con uniforme de época frente a las tenues luces de La Habana.

la habana cuba

2. Salir a la búsqueda de los coches clásicos.

Tras la llegada al poder de Fidel Castro en 1959 y el posterior bloqueo estadounidense los cubanos dejaron de importar vehículos. A ello se le unió la pérdida de poder adquisitivo y la imposibilidad de comprar un vehículo privado dentro de un Estado comunista.

El resultado: el desarrollo del ingenio y la destreza cubana para mantener en las carreteras con medios muy limitados verdaderas joyas de los años 50.

En Cuba podréis encontrar taxis clásicos para trayectos cortos o incluso alquilarlos durante un par de días para salir de La Habana. O simplemente coleccionar fotografías de los cientos que veréis aparcados por la ciudad. En el interior de la isla encontraréis antiguos camiones y camionetas peor cuidados pero con un indiscutible sabor a mediados del siglo pasado.

coche clasico en cuba

3. Practicar senderismo en el Parque Nacional Viñales

Los mogotes son el símbolo del Parque Nacional Viñales al oeste de Cuba. Se trata de enormes bloques aislados de piedra caliza regados a lo largo de un valle de exuberante vegetación y plantaciones de tabaco.

Este parque, además de numerosas rutas de senderismo también cuenta con varias cuevas visitables y algunos miradores espectaculares. Las plantaciones de tabaco siguen el modelo tradicional y no os será difícil encontrar quien os las muestre a fondo por una propina.

parque nacional de viñales en cuba

4. Bañarte en un cenote cubano

Los cenotes son antiguas cavidades actualmente inundadas con apariencia de grandes pozos de agua normalmente dulce ya que son abastecidos por ríos subterráneos. Sólo es posible encontrarlos en la región caribeña, especialmente en México pero también en Cuba.

El único cenote cubano de fácil acceso es La Cueva de los Peces, en la costa sur, entre La Habana y Cienfuegos. Al estar a sólo 200 metros del Mar Caribe su agua es salada pues es este quien la abastece mediante un canal. El agua es cristalina y resulta impactante contemplar los más de 50 metros de profundidad bajo tu cuerpo, rodeado por grandes peces de colores.

El acceso es gratuito, pero el parking de pago, aunque si no te importa caminar puedes dejar el coche a unos pocos minutos de la entrada para ahorrártelo. Cuenta con un restaurante de mesas y bancos de madera con vistas al agua, a precios de turista pero con comida aceptable.

 

5. Descubrir el pasado colonial de Cienfuegos y Camagüey

Cienfuegos fue trazada con calles anchas y rectas en forma de cuadrícula donde abundan las fachadas neoclásicas y las galerías de arte. Se levantó a orillas de una enorme Bahía cuyo único acceso es un estrecho canal de apenas 500 metros de ancho vigilado por el imponente Castillo de Jagua.

Por el contrario Camagüey cuenta con un centro histórico colonial de trazado irregular, con calles empedradas y numerosas iglesias y edificios coloniales. Es conocida como la ciudad de los Tinajones, enormes recipientes de barro cocido donde se almacenaba el agua para la época de sequía que ahora adornan algunos parques.

cienfuegos cuba

 

6. Sentir el paraíso en un Cayo.

Pese a lo mal que suena en castellano un cayo es un lugar idílico, una isla pequeña y arenosa que apenas se eleva sobre el nivel del mar por lo que suelen estar comunicadas por largos puentes con tierra firme.

Aunque el norte de Cuba está invadido por resorts de todo incluido aún se conservan playas paradisíacas alejadas del turismo. Si quieres evitar pagar una habitación en un resort puedes dormir en Morón y viajar en el día adentrándote en Cayo Coco y Cayo Guillermo. Allí también abundan los hoteles pero quedan playas menos concurridas como Playa Los Pinos. Más al este puedes dormir en Jaronú y adentrarte desde allí en Cayo Cruz cuya parte norte permanece virgen.

 

7. Bailar bajo las estrellas en Trinidad

Trinidad conserva un casco histórico precioso. Las calles empedradas están jalonadas por jardines, altas palmeras y edificios de llamativos colores. Eso no es todo, al anochecer los locales y visitantes se unen al son de la música en directo y al aire libre.

Otros charlan en las escalinatas o en las terrazas de los bares mientras se toman un mojito o un daiquiri. Fue el ambiente nocturno que más disfrutamos, por encima incluso de La Habana, ya que nos pareció espontáneo y abierto.

trinidad cuba

8. Visitar El Valle de los Ingenios y la Torre Iznaga.

A sólo 15 minutos de Trinidad se encuentra el Valle de los Ingenios, compuesto por las haciendas azucareras que aglutinaron a miles de esclavos en los siglos XVIII y XIX. La mejor conservada es sin duda la Manaca-Iznaga, con la casa hacienda, los barracones de los esclavos y una impresionante torre vigía de 45 metros de altura a la que podrás subir previo pago.

La torre, que está ligeramente inclinada, permite una vista de 360º de varios kilómetros a la redonda y ayudaba a controlar de esta manera el trabajo y los más que habituales intentos de fuga.

valle de los ingenios cuba

 

9. Volver al pasado en los cafetales de Cuba

Situados al sudeste de Cuba, cerca de Santiago, dan la sensación de permanecer anclados en el siglo XIX. Existen unas 170 plantaciones, ya que el café fue el motor de la economía cubana junto con el azúcar, el tabaco y el cacao. Además de los gigantescos caserones desde donde se controlaba a los trabajadores podrás ver las diferentes herramientas y sistemas de regadío de la época.

Nosotros optamos por visitar el Cafetal Isabelica y llegar se convirtió en una aventura. La carretera sin asfaltar y enrevesada puede ser incluso impracticable en el último kilómetro, que tuvimos que completar a pie. La visita guiada que disfrutamos y el estado de conservación de la casa y el molino merecieron la pena. Se te pondrán los vellos de punta al escuchar las condiciones de trabajo que allí tenían.

10) Sentirte en el fin del Mundo en el Parque Nacional Humboldt

Esa es la sensación que nos transmitió el Parque Nacional Humboldt a una hora al norte de Baracoa, en el extremo este de Cuba. La carretera para llegar es un infierno de baches pero la abrumadora vegetación y la soledad de la que disfrutamos mereció la pena. Además en el trayecto para llegar encontramos varias playas que sólo tuvimos que compartir con cerdos salvajes.

parque nacional humboldt cuba

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