Una selección de 7 cosas que hacer en Nepal para que tu viaje sea inolvidable.
Desde las cumbres más altas del planeta hasta la profunda selva: País del Himalaya, del Everest y los Annapurnas, de la espiritualidad, el misticismo, una gran diversidad cultural, colores, olores, de templos y plazas milenarias. Han pasado ya más de cuatro años del terremoto de 2015 y el país ha ido recobrando el pulso y su actividad. Aunque aún es visible el impacto del seísmo, la ancestral capital y el país, han ido recuperándose hasta volver a ser lo que eran.
Aquí os dejamos con 7 experiencias que no os debéis perder en cualquier viaje de aventura a Nepal.
1. VIVIR LA CAÓTICA Y MÍSTICA KATHMANDU
Nos la descubrieron los hippies de la generación New Beat americana en los años 60 instalándose en el barrio de Thamel, y unos años más tarde abrieron camino las expediciones comerciales para alcanzar las cumbres más altas del planeta. Kathmandu te atrae, te coge (y acoge) y no te suelta. Te zarandea sin avisar a cada paso, mística, bulliciosa y rebosante de espiritualidad. Estrechas calles con templos en cada esquina, pequeñas y disimuladas representaciones de Ganesh y Shiva a cada paso, pequeños enclaves sagrados donde la vida gira alrededor de ellos; Puestos de venta de especias, verduras, artesanía, ropa, niños jugando entre las figuras y altares, gente charlando o durmiendo e, incluso, parejas coqueteando en alguna escalinata.
Explorarla esquivando ciclorickshaws y vacas, encontrar de repente estupas engalanadas con banderas budistas, sadhus ofreciendo tikka, calles repletas de gente a todas horas, vendedores ansiosos de tener un buen día y aromas a especias en cada calle. Kathmandu es ciudad de mitos y leyendas que impresiona por su color, sus olores, sus rituales y ceremonias, sus gentes y su historia a cada paso, por lo que no dudes en incluirla en tu viaje a Nepal.
2. CONOCER LA ANTIGUA CAPITAL DE BHAKTAPUR
Si quisiéramos aproximarnos a sentir como se vivía e imaginar cómo era Nepal antes de ser tal y como lo conocemos, distribuido en diferentes reinos y estados independientes con sus respectivas capitales, debemos acercarnos a la que fue capital de los rahás Malla, que desde su fundación en el siglo XII hasta bien entrado el siglo XVI dominó el territorio, la ciudad de Bhaktapur.
Bhaktapur, la ciudad de los devotos, la ciudad de la cultura, es la mejor conservada de todas las ciudades históricas del Valle de Kathmandu, sus calles empedradas, callejones serpenteantes entre tradicionales construcciones de característico ladrillo rojo nos conducen a impresionantes templos, pagodas y estanques de otro tiempo. La ciudad está edificada en disposición de la figura geométrica de un triángulo, formado por tres templos dedicados en honor al dios Ghanesa, situados estratégicamente para proteger la ciudad y sus plazas, destacando la Plaza Durbar o los templos de Vatsala o el impresionante y espectacular Nyatapola, una pagoda de cinco plantas custodiada por elefantes y deidades hinduistas.
3. RELAJARSE (O NO) EN POKHARA
En ningún otro lugar las montañas se levantan tan rápidamente, a 30 kilómetros, desde los 1000 hasta los 8000 metros. El Dhaulagiri, el Annapurna, el Manaslu, todos ellos pueden ser admirados desde esta tranquila y próspera ciudad.
Pokhara reposa junto al lago Phewa, lugar tranquilo y enclavado en un valle rodeada de algunas de las montañas más altas del planeta. Antaño formaba parte de la ruta comercial entre el Tibet y la India y ahora es la puerta de entrada a los trekkings por el Annapurna y de descanso después de las largas caminatas. En la ciudad se puede encontrar todo lo que un mochilero puede necesitar: hostels, hoteles de lujo, restaurantes, bares, excursiones, material de trekking y tiendas de artesanías, pero sigue teniendo un carácter sosegado y acogedor para el visitante.
Los principales atractivos de la ciudad son la visita a las cascadas Devi, la cueva Mahendra, subir hasta la Pagoda de la Paz Mundial, admirar el Himalaya desde Sarangkot, atreverse con alguno de los diversos deportes de aventura que se ofrecen (rafting, paragliding, etc) o coger una barca y navegar por el lago o pasear por su orilla y ver la puesta de sol desde una de las terrazas mientras se disfruta de un buen masala tea.
4. CAMINAR ENTRE ANIMALES SALVAJES POR LA JUNGLA EN CHITWAN
Nepal es un país de contrastes. Del paisaje de alta montaña y el clima extremo del Himalaya podemos pasar al calor sofocante y húmedo del clima subtropical de la profunda e impenetrable selva.
El Parque Nacional de Chitwan, literalmente el corazón de la selva, situado en las tierras bajas de Terai, podremos experimentar la naturaleza más salvaje. Ríos y zonas pantanosas donde habita el peculiar cocodrilo gavial del Ganges, pequeños senderos con huellas de majestuosos rinocerontes indios, sambares, elefantes salvajes y bisontes, espesos bosques donde diferentes especies de monos saltan de rama en rama y una exuberante vegetación donde acecha el escurridizo tigre de bengala.
Chitwan es un lugar exótico y rebosante de biodiversidad, su abundante fauna posee otras 68 especies de mamíferos, 544 de aves y decenas de reptiles, por lo que lo consideramos otro de los imprescindibles para tu viaje a Nepal, que enriquecerá tu tiempo y te hará darte cuenta de los sorprendentes contrastes que alberga este país en escasos kilómetros.
5. DESCUBRIR LA CUNA NEWAR EN BANDIPUR
Bandipur es una pequeña joya situada a mitad de camino entre Katmandú y Pokhara. Durante siglos, constituyó una importante parada comercial entre India y Tíbet, y aunque la ruta mercantil desapareció, la pequeña aldea ubicada en lo alto de una colina a 1000 metros de altitud, sigue manteniendo su encanto y su antiguo ambiente cultural.
El pequeño pueblo es un remanso de paz con unas increíbles vistas de los picos del Himalaya y la cuna de la cultura Newar, una de las etnias más ricas en tradiciones de Nepal. La prohibición del tránsito vehicular hace que su estilo de vida tradicional se mantenga intacto y que caminar sin rumbo por sus calles empedradas sea un placer. Muchos de los edificios se mantienen desde el siglo XIX, conservando las ventanas, puertas y techos de madera con elaborados diseños. Los lugares y experiencias imprescindibles como el templo hinduista de Khadga Devi, subir hasta la cueva de Siddha Gufa, de la que dicen es la más profunda del país, subir a la colina de Gurngche para admirar el Himalaya y terminar con un atardecer sin parangón desde Tundikhel.
6. GASTRONOMÍA DE NEPAL: APRENDER A HACER MOMOS (Y DESPUÉS DEGUSTARLOS)
La gastronomía de Nepal seduce y cautiva con platos intensos repletos de olores y nuevos sabores que asombran al paladar a cada bocado.
Si su tradición y su rica diversidad cultural tienen que ver con estar ubicado entre culturas tan intensas y milenarias como la tibetana, india y china, no es de extrañar que la influencia en su gastronomía no sea un caso a parte. Y es que estos países han conformado y contribuido a lo que a su gastronomía se refiere, pero si hay plato típico en Nepal, éste son los momos, que aunque tienen un origen tibetano, los nepalíes hace tiempo que los tienen como plato nacional. Para almorzar, comer, merendar, cenar o porque apetecen. Los momos son empanadillas, como unos raviolis de pasta fresca, hechas de masa de harina de cebada rellenos de verdura, pollo o búfalo, de patata o queso, incluso, de chocolate, al vapor, fritos o medio fritos y siempre acompañados por deliciosas y gustosas salsas picantes.
Se pueden encontrar en todos sitios, no hay calle en la que no haya un puesto de momos y los restaurantes más sofisticados lo ofrecen como plato estrella. Además, supone toda una experiencia aprender a hacerlos de forma tradicional, hay muchas casas de comida que ofrecen la posibilidad. ¡Una experiencia que no te puedes perder al viajar a Nepal
7. DAR UNA VUELTA POR EL HIMALAYA
Y no podíamos dejarnos el pasear y dar una vuelta por la cordillera de los Himalayas. Porque si decides aventurarte y explorar el país de los sherpas es para enmudecer y asombrarte ante el techo del mundo. Ocho de las catorce montañas más altas del planeta se encuentran en este pequeño país.
Un auténtico paraíso para los amantes de la montaña, pero no sólo para ellos, el Reino de los Ochomiles nos ofrece impresionantes rutas, internándonos en profundos y espectaculares valles, míticos pasos de montaña y paisajes sobrecogedores para todos los niveles, desde grandes circuitos para los montañeros más experimentados a rutas ideales y accesibles para los menos familiarizados en grandes rutas y sin tanto esfuerzo. Por eso, una de las mayores experiencias que puedes hacer en Nepal es uno de los diversos trekkings que ofrece. Disfrutar de sus valles, lagos, glaciares, aldeas tradicionales, templos e increíbles y espectaculares paisajes. Una experiencia inolvidable y que quedará gravada en tu memoria para siempre.
Algunos de los trekkings más importantes son las múltiples rutas por el Parque Nacional de Lantang, el Reino de las lagunas y el Lago Rara, el mítico Circuito de los Annapurnas, uno de los trekkings más espectaculares del mundo, el trekking al Santuario de los Annapurnas, el trekking al Poon Hill, la mejor vista de las montañas y un amanecer espectacular entre ochomiles, llegar hasta el Reino Secreto de Mustang y conocer la cultura tibetana más auténtica o el ascenso hasta el Campo Base del Everest y completarlo con los tres pasos hasta llegar a Gokyo y su sistema de lagos en el Parque Nacional de Sagarmatha.
Y si quieres conocer Nepal con nosotros, visita nuestra sección de VIAJES EN GRUPO donde periodicamente vamos sacando viajes a este fascinante país.
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